En todos los negocios hay determinadas zonas que se ensucian rápidamente pero que hay que mantener limpias para el trabajador o el cliente. Aquí tienes un par de trucos para dos de las superficies más habituales: el cristal y el metal.
Cristal limpio
Los cristales son difíciles de mantener limpios: tanto si es una superficie de una mesa como una ventana o cristalera, es habitual que acaben con marcas. Para solucionarlo puedes utilizar alcohol de quemar diluido en agua y secar con papel de periódico. Quedarán relucientes y se mantendrán más tiempo.
Metales brillantesEn oficinas, despachos y prácticamente en cualquier zona de trabajo hay superficies metálicas que hay que limpiar. Si quieres que se mantengan como el primer día puedes utilizar una mezcla de agua, jabón y amoniaco que se aplica con un paño suave. Todo quedará reluciente y como nuevo.
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